Profesionales
2010-10-04
Edith comentó en el post anterior algo que creo que es clave para que Japón posea una de las economías más poderosas del mundo: el respeto por el trabajo, aunque éste sea muy sencillo.
Yo diría más claramente que los japoneses (si no todos casi todos) son profesionales en lo que hacen. No importa si se trata de un contador, un investigador, un bibliotecario o un reparador de cables en las calles: al verlos trabajar se nota que se toman muy en serio el trabajo, que le echan muchas ganas para que salga bien y que respetan sus actividades, a sus jefes, colegas y Clientes.
Siempre que voy a un McDonalds en Japón me pongo a pensar en los pequeños detalles que se ven a simple vista y que hacen inevitable que lo compare con lo que pasa en mi país ante las mismas situaciones y actividades:
Generalmente en los mostradores de McDonalds hay dos o más cajas con un empleado por caja (el que toma la orden, recibe el dinero, etc.). Yo he visto a dos o tres cajeros japoneses estar parados muy derechitos enfrente de sus cajas con las manos unidas al frente, en silencio esperando a que llegue un Cliente.
A veces están limpiando u ordenando cosas. Una vez que llega un Cliente lo atienden poniéndole 100% de su atención.
En mi país los empleados que se encuentran en situaciones parecidas están siempre platicando entre ellos, haciéndose bromas (incluso pegándose), ligando, usando incluso groserías. A veces siguen haciendo lo mismo aunque estén atendiendo al Cliente.
Los policías de tránsito en Japón dan signos de estar casados con su trabajo, mientras los de mi país se toman su tiempo para tomar un refresco o platicar un rato.
Son detalles que no parecen importantes (más de uno podría opinar que es mejor socializar que estar como momia esperando a que llegue un Cliente, otro podría decir que es parte de la cultura de los países) pero que ayudan a construir a una sociedad desde abajo, desde los cimientos.
Yo admiro a los japoneses por esto. En el post anterior la noriba estaba casi sola. Creo que si el japonés no hubiera hecho la reverencia durante el paso de todos los carros del tren no hubiera pasado nada. Pero lo hace porque es parte del trabajo.
Mucha gente se maravilla de que Japón, a pesar de estar en ruinas en 1950, llegó a ser la segunda potencia mundial después de sólo 40 años, pero creo que los que hemos tenido la oportunidad de vivir en Japón nos hemos dado cuenta de que no fue fácil, de que tuvieron que trabajar durísimo para conseguirlo, de que siguen trabajando mucho y sacrificando muchas cosas y de que solamente siendo profesionales en las cosas cotidianas se pueden lograr objetivos grandes.
Ya es parte de la cultura japonesa. Yo tengo amigas que deciden ir a bailar salsa a algún club y van vestidas como si fueran profesionales. Los japoneses se toman las cosas cotidianas muy en serio, algo que es muy digno de admirar.
Yo diría más claramente que los japoneses (si no todos casi todos) son profesionales en lo que hacen. No importa si se trata de un contador, un investigador, un bibliotecario o un reparador de cables en las calles: al verlos trabajar se nota que se toman muy en serio el trabajo, que le echan muchas ganas para que salga bien y que respetan sus actividades, a sus jefes, colegas y Clientes.
Siempre que voy a un McDonalds en Japón me pongo a pensar en los pequeños detalles que se ven a simple vista y que hacen inevitable que lo compare con lo que pasa en mi país ante las mismas situaciones y actividades:
Generalmente en los mostradores de McDonalds hay dos o más cajas con un empleado por caja (el que toma la orden, recibe el dinero, etc.). Yo he visto a dos o tres cajeros japoneses estar parados muy derechitos enfrente de sus cajas con las manos unidas al frente, en silencio esperando a que llegue un Cliente.
A veces están limpiando u ordenando cosas. Una vez que llega un Cliente lo atienden poniéndole 100% de su atención.
En mi país los empleados que se encuentran en situaciones parecidas están siempre platicando entre ellos, haciéndose bromas (incluso pegándose), ligando, usando incluso groserías. A veces siguen haciendo lo mismo aunque estén atendiendo al Cliente.
Los policías de tránsito en Japón dan signos de estar casados con su trabajo, mientras los de mi país se toman su tiempo para tomar un refresco o platicar un rato.
Son detalles que no parecen importantes (más de uno podría opinar que es mejor socializar que estar como momia esperando a que llegue un Cliente, otro podría decir que es parte de la cultura de los países) pero que ayudan a construir a una sociedad desde abajo, desde los cimientos.
Yo admiro a los japoneses por esto. En el post anterior la noriba estaba casi sola. Creo que si el japonés no hubiera hecho la reverencia durante el paso de todos los carros del tren no hubiera pasado nada. Pero lo hace porque es parte del trabajo.
Mucha gente se maravilla de que Japón, a pesar de estar en ruinas en 1950, llegó a ser la segunda potencia mundial después de sólo 40 años, pero creo que los que hemos tenido la oportunidad de vivir en Japón nos hemos dado cuenta de que no fue fácil, de que tuvieron que trabajar durísimo para conseguirlo, de que siguen trabajando mucho y sacrificando muchas cosas y de que solamente siendo profesionales en las cosas cotidianas se pueden lograr objetivos grandes.
Ya es parte de la cultura japonesa. Yo tengo amigas que deciden ir a bailar salsa a algún club y van vestidas como si fueran profesionales. Los japoneses se toman las cosas cotidianas muy en serio, algo que es muy digno de admirar.
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