Hanshin Tigers vs Hiroshima Carp en Kyoucera Dome
2011-09-14
Los Tigres de Hanshin juegan en el estadio Koshien, que todos los veranos es ocupado todo el día todos los días por el torneo de preparatorias del que escribí hace poco. Los Tigres se mudan, entonces, al Kyoucera Dome, casa de los Búfalos.
Se puede llegar al estadio en tren, metro, autobús, etc. Esta vez usamos la línea JR. Aquí pongo fotos de un juego al que fui con Kaori hace un par de semanas.
Se puede llegar al estadio en tren, metro, autobús, etc. Esta vez usamos la línea JR. Aquí pongo fotos de un juego al que fui con Kaori hace un par de semanas.
Calle que se toma para ir de la estación de tren al estadio. Toma menos de 10 minutos caminando.
Al fondo ya se ve el estadio, que fue construido simulando una nave espacial.
A mí me gusta mucho este estadio.
La salida del metro está mucho más cerca de la entrada del estadio.
Artículos de los Tigres.
Esta foto ya es adentro del estadio, en los pasillos interiores. Para los que han ido a estadios en México, podrán darse cuenta de la diferencia que hay.
El estadio estaba, como de costumbre, lleno. Nosotros compramos nuestros boletos en Kumamoto, con 3 semanas de antelación.
Comiendo Yaki soba.
Hubo visita de un grupo de Osaka similar a AKB48.
Así se ven los vendedores de cerveza. También se puede ir por la cerveza a las tiendas del estadio, en donde hay pantallas para no perderse detalles del juego.
El techo es impresionante.
Una de las cosas que más llama la atención es que las porras tienen sus momentos: cuando Tigres batea, los aficionados de Tigres son los encargados de ponerle ambiente y ruido al asunto. Cánticos, porras, música, etc.
Sin embargo, cuando le toca batear al visitante, son los aficionados del visitante los que se encargan de poner el ambiente y las porras. Mientras, los aficionados del otro equipo (en este caso Tigres) solo escuchan y esperan su turno.
No se interrumpen, y no hay malas palabras ni insultos entre porras. Es un ambiente bonito, familiar y nunca aburrido.
Ya había hablado de la costumbre de inflar globos y soltarlos en la séptima entrada.
Al final de cuentas Hiroshima ganó el juego y no pude ver a Kyuji Fujikawa, uno de los mejores cerradores del mundo.
He aquí otro ejemplo de la cultura de los japoneses. Dos filas: adelante los reporteros, agachados para no tapar a las cámaras y usando brazos especiales para que los micrófonos estén cerca del entrevistado sin que se invada su espacio vital. Atrás los camarógrafos formados también. Todo ordenado y cada quien esperando su turno.
Agradecimiento en pantalla para los fans.
Abandonando el estadio me encontré con una tigresa con orejas, cola, zapatos de plataforma y todo.
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