Honestidad a la japonesa.
Ya se sabe que los japoneses son en general honestos y que rara vez tocan cosas ajenas (ni siquiera para quitarlas del camino y que no estorben el paso). En Japón varias veces he visto objetos tirados en la calle (hasta cosas nuevas en su paquete) que siguen en el mismo lugar horas después cuando paso de regreso. Un día vi una botella de té vacía en un asiento del tren y nadie se sentaba porque para hacerlo tendrían que haber hecho a un lado la botella (claramente abandonada).
Los japoneses tienen muy claro en la mente que "si algo no es suyo, es de alguien más". Generalmente, si toman lo que está abandonado es para llevarlo a alguna oficina de Lost & Found.
Los japoneses tienen muy claro en la mente que "si algo no es suyo, es de alguien más". Generalmente, si toman lo que está abandonado es para llevarlo a alguna oficina de Lost & Found.
Según nippon.com, los japoneses entregaron 3.9 billones de yenes en efectivo a las oficinas de lost & found durante 2019. Eso es más o menos 36 millones de dólares y son solo datos de Tokio.
Según la ley japonesa, si algo no es reclamado en 3 meses, la persona que lo llevó a lost & found puede quedárselo. Pues bien, el 71% de los 3.9 billones fue regresado a sus dueños; 540 millones de yenes pasó a manos de los que lo entregaron; y 492 millones de yenes (4.5 millones de dólares) se fueron a las arcas del gobierno de Tokio porque las personas que lo entregaron no lo aceptaron cuando la policía se los quería entregar. No era suyo, era de alguien más.
Esto pasa todos los años. Nippon.com publica esta gráfica con el registro desde 2009:
En 2019, según datos de la policía, Lost & Found recibió 4.5 millones de cosas perdidas, entre lo que destacaron 770,000 documentos personales (ID, tarjeta de crédito, licencia de conducir), 491,000 prendas de ropa, 372,000 billeteras, 349,000 paraguas y 248,000 celulares.
La cultura de entregar las cosas perdidas y guardarlas hasta que alguien las reclame está muy extendida en todo el territorio japonés y en todos los niveles. Ya había subido esta foto de un hostal en Kioto:
Puede ser que los dueños del talco, el termo y la botella de vidrio estén a miles de kilómetros de distancia sin imaginarse que en esta cajita sus cosas los están esperando. Y aún así los estaban esperando.
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