Un Mexicano en Japón

Ya había escrito antes que me encanta ir a izakayas. De verdad es un concepto padre: mesa grande (como de restaurante), música a bajo volumen, mucho para comer y tomar, y un ambiente de bar. Generalmente la gente pide primero nama biru y varios platillos para compartir al centro. Mi nama biru y la botana de la casa. Vista del pasillo desde la mesa. Muchos izakaya tienen el concepto de tener mesas en cuartos o lugares privados. Estás con tu amigos y no ves a las demás mesas, solo escuchas los gritos, pláticas, risas y carajadas. A mí me gusta el estilo, aunque también me encanta poder ver a las demás mesas. Sashimi. Tempura. Berenjena. La berenjena es riquísima en Japón, no es amarga y tampoco tiene semillas. Además, la cáscara es delgada y suave. Se prueba de todo en Japón. De regreso a casa. Fuimos con unos amigos del ex trabajo de Kaori, son el grupo que está al centro de la foto :)

El sistema de transporte público en Japón es caro, pero es muy bueno y eficiente. Cuando compras un boleto pagas por el recorrido, así que mientras más lejos vas, más pagas. Típico ticket place en Japón, con las máquinas debajo del mapa. En este caso de trata del metro de Tokyo. Si un día están en Japón y se encuentran con algo así (un mapa de estos sin letras occidentales y no hay nadie a quién preguntar) "solo" tienen que buscar la estación que no tiene números. En este caso está abajo, de color amarillo. Es la estación en donde se encuentran. Todas las demás estaciones tienen números, que representan el costo en yenes de llegar ahí. Las estaciones cuyo número está encerrado en un cuadro son estaciones grandes donde se transborda.  Así, el costo mínimo es de 160 yenes, mientras en estas líneas el máximo es 270.

Les dejo la segunda parte de las fotos del último Tokyo Game Show, primero al que voy. Aunque habíamos muchos tomando fotos, las edecanes se dan tiempo de posar y mirar para cada cámara. Pintar coches con motivos de anime es una moda entre algunas corrientes juveniles japonesas. El de la cámara trae hasta una mini escalera... Era de los stand más visitados. Curioso que los niños no parecen extrañarse de la forma de vestir de las edecanes de Gloops. Me imagino que desde niños aprender a ver algunas cosas tan naturales que provoca que cuando son adultos no voltean a ver a las japonesas en las calles. Cosa de cultura.

En Japón también se vende surimi, pero aunque la palabra "surimi" suena japonesa, en Japón no se llama así. Se conoce como kanikama (kani de "cangrejo" y "kama" de kamaboko, que a su vez significa "pasta de pescado"). Se vende en presentaciones muy similares que en México, en este caso el paquete dice "sticks de ensalada". Foto tomada en un supermercado de Hitoyoshi, en Kyushu.

Me encontré este grafiti en una de las calles pequeñas de Akihabara. Aunque no es común, se pueden encontrar algunos grafitis en paredes de calles escondidas de las ciudades grandes de Japón. Yo puedo contar con los dedos de las manos los grafitis que he visto. Son muy pocos, pero tampoco se puede decir que no hay grafitis.

Ya lo he escrito pero no me canso de decir que una de las cosas que más me gusta de Japón es el cariño que le ponen a las cosas, el cuidado para todos los detalles. La última vez que fui al aeropuerto de Kumamoto (en este verano, cuando visitamos a la familia de Kaori en Obon) había una parte en el estacionamiento que estaba en reparación, y miren el soporte de la reja de protección: Se ven las ganas de hacer las cosas bien. Además, es un elemento kawaii.