Cuando lo cotidiano se vuelve un reto.
¿Ir a la tienda a comprar azúcar? ¿Comprar donas para llevar a casa? ¿Pedir indicaciones para usar la copiadora? ¿Escoger las monedas para pagar exacto? Todas son actividades que suenan tan fáciles como cotidianas pero que se vuelven un reto cuando se vive en un país con un lenguaje y una cultura tan diferente como Japón.
Antes no tenía la imagen de la taza.
Abandonar tu país y navegar por aguas de otra cultura similar podría parecer sencillo, pero se vuelve algo extremadamente difícil cuando se trata de países con costumbres, historia, lenguaje y normas completamente distintas.
Japón se pinta solo para impactar al recién llegado: la comida, los palillos, los kanji, la seriedad de la gente, la rapidez con la que se tiene que hacer todo, las filas, las reglas... no es fácil sobrevivir sin percances.
La primera vez que vine a Japón (en 2006) llegué para vivir un tiempo en Osaka sin hablar casi nada de japonés. Ninguna visita al supermercado duraba menos de 30 minutos y siempre compraba cosas equivocadas (vinagre en lugar de aceite, sal en lugar de azúcar, carne de cerdo en lugar de res, pescado para cocinar en lugar de sashimi...).
El estrés de estar enfrente de un aparador en donde seguramente está lo que se quiere y no poder encontrarlo, la impotencia de no poder preguntar y la incomodidad de saber que siempre hay alguien viendo bastaba para que cada visita fuera una aventura. Y después había que pagar: ¿cuánto tengo que pagar? ¿dónde pongo el dinero? ¿por qué la cajera no deja de decirme cosas en japonés?
El estrés de estar enfrente de un aparador en donde seguramente está lo que se quiere y no poder encontrarlo, la impotencia de no poder preguntar y la incomodidad de saber que siempre hay alguien viendo bastaba para que cada visita fuera una aventura. Y después había que pagar: ¿cuánto tengo que pagar? ¿dónde pongo el dinero? ¿por qué la cajera no deja de decirme cosas en japonés?
Por más cosas que se lea en internet, uno termina aprendiendo sobre la marcha y con tumbos.
Vivir en otro país es fascinante, sobre todo si se trata del país en donde se quiere vivir, pero no es algo sencillo. Aprender japonés es complicado, pero acostumbrarse al keigo (japonés honorífico) que los tenderos usan cuando se dirigen al Cliente es una tarea todavía más difícil. Todavía hoy cuesta trabajo pedir el corte de cabello en la estética aunque sea QB House.
Sin embargo, con el tiempo y la dedicación lo que antes era reto ahora es otra vez parte de lo cotidiano y el nivel de satisfacción es también cada vez más alto. Japón es un país lleno de gente curiosa por lo nuevo pero temerosa de descubrirlo, y cuesta trabajo escabullirse entre el temor hasta llegar a la curiosidad. Sin embargo, una vez que se llega es ahí donde se disfruta más esta fascinante cultura.
Qué buen post!
ResponderBorrarAunque al momento de cometer ciertos errores pudo sentirse incómodo, apuesto que ahora le hacen sonreir cuando los recuerda. Conmigo lo hicieron :)
Si me imagino que es todo un reto vivir en un lugar como Japón donde prácticamente todo es distinto. Pero mira que muchos (incluyéndome) quisiéramos vivir allá ya que la calidad de vida es 100% mejor que aquí.. en fin como dicen por ahí... aquí nos tocó vivir. Mejor habrá que esforzarse para hacer de tu país un lugar mejor....
ResponderBorrarUn reto que va superando lo felicito y gracias por compartir
ResponderBorrarAtenerse estrictamente a horarios. Tuve la oportunidad de visitar Japón en Enero pasado y experimente un poco de eso. Admirable cultura. Espero vivir allá al menos un par de años. Muy buen post!
ResponderBorrarEs una cultura fascinante y se percibe a primera vista, desde que bajas del avión. Gracias Evan, Laura, Edith y Luis por comentar!
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